HERMANDAD. Domingo 12 de noviembre, a las 9:00 h., Peregrinación Oficial 2017 hasta el Santuario de Consolación de Utrera. Abierta inscripción - HERMANDAD. Días 5 y 6 de diciembre VII Candelas de la Aurora. Entradas ya a la venta en Casa-Hermandad.

Titulares

NUESTRO PADRE JESÚS DEL GRAN PODER.

La de Nuestro Padre Jesús del Gran Poder (1,82 m.), es una imagen que cronológicamente responde a características iconográficas comunes de la segunda mitad del siglo XVII. Singularmente muestra esta imagen, en la disposición que guardan la postura de sus piernas, una zancada poco pronunciada de la pierna derecha aún teniendo el apoyo de la cruz en el hombro izquierdo. La rectitud de la espalda, falta de una supuesta inflexión, añadido al giro de la cabeza hacia la derecha hace sostenible la hipótesis de que en su origen el Nazareno sostuviera la cruz entre sus brazos de forma invertida.

Esta imagen ha sufrido numerosos trabajos de restauración a lo largo de toda su historia, con muy diferente fortuna todos ellos. De entre estas intervenciones cabe destacar independientemente de los documentados en 1771, mitad del XIX y en 1959, la realizada en el año 1983 por Luis Álvarez Duarte quien emprendió una tarea de consolidación de la imagen siendo lo más destacable la capa pictórica aplicada sobre la misma, dándole un matiz más mate (oscuro) sobre el que, desde la restauración de mediados del XIX mantenía; así como la realizada en 1996 por Francisco Berlanga de Ávila, en la cual se buscó la policromía original de la imagen y se dotó de una mayor estética la anatomía. 

De su autor nada se sabe. Aunque diversos autores la sitúan en el círculo de Pedro Roldán, esta hipótesis ha ido perdiendo fuerza con el paso de los años a medida que se ha ido estudiando bien las características que presenta la imagen. 


MARÍA SANTÍSIMA DE LA SOLEDAD.

María Santísima de la Soledad es una imagen de candelero (1,60 m.) realizada por Francisco Buiza en 1971, que sustituyó a otra que por fotografías antiguas se ha situado en la segunda mitad del siglo XIX. Muestra rasgos iconográficos típicos y propios de la advocación de la “Soledad”: gesto de profundo dolor contenido, sereno e interno, pesar exteriorizado con lágrimas que resbalaban por sus mejillas, la forma del entrecejo, la de la barbilla y la boca entreabierta.

En 2005 fue sometida a un profundo proceso de limpieza de su policromía y de consolidación de las manos, por parte del joven y reconocido imaginero sevillano José María Leal Bernáldez, seguidor de las técnicas y obras de Buiza. En dicha intervención, gracias a la cual la imagen recuperó todo su esplendor y fisonomía primitiva, se dotó a la misma de un nuevo candelero. 

Hay que destacar que Leal Bernáldez, ha sido discípulo de grandes maestros de la imaginería sevillana actual, como es el caso de Francisco Berlanga de Ávila, Juan Manuel Miñarro y, principalmente, Sebastián Santos hijo.