Sólo quedan cuarenta días y cuarenta noches pero, como dijo el genial periodista y escritor sevillano Antonio Burgos, "qué cuarenta días y qué cuarenta noches". Disfrutemos de ellos en verdadera hermandad y recordemos que todo pasa y nadie queda, y al final, nos arrepentiremos de que, por egoísmos y vanidades, hemos perdido el tiempo, un tiempo que ya nunca jamás volverá, y no hemos sabido disfrutar de los momentos.